Investigación

La parte de investigación la consideramos básica para entender los efectos en la salud de las personas, el comportamiento de los materiales y las mejoras reales de nuestros usuarios a la hora de aplicar las medidas correctoras propuestas en nuestros asesoramientos y estudios de Biohabitabilidad.

¿La biología del hábitat y la medicina integral son dos ámbitos independientes? Por supuesto que no: ¡Son inseparables! ¿De qué otra manera podríamos cumplir sino con el concepto tan utilizado, pero no por ello menos importante, de un enfoque integral? La biología del hábitat y sobre todo, la técnica de medición en bioconstrucción sin el soporte médico, es una biología del hábitat a medias. Y viceversa, el médico sin la biología del hábitat también se queda a medio camino.  Tenemos que colaborar con un médico cuando tratamos con personas enfermas, ya que ellas son las que a menudo o casi siempre, requieren los servicios de la biología del hábitat. L@s médic@s nos necesitan como acompañantes, expertos o asesores para poder abarcar la gran diversidad de sus tareas. Y nosotros l@s necesitamos como soci@s para lograr el bienestar del paciente.

Si eres profesional de la salud y estás interesad@ en investigar posibles causas  ambientales en las patologías de tus pacientes, en +Habitable estaremos encantad@s de colaborar en la investigación de las mismas.

Tanto los factores ambientales relacionados con la bioconstrucción, la electrobiología y el ambiente interior, como los factores microbiológicos, geológicos y toxicológicos son condicionantes de la salud y la enfermedad. Es esencial que sean siempre tenidos en cuenta para el diagnóstico y la terapia indicada por el médico. El tratamiento de las causas, desde una perspectiva integral y eficaz, tendría que reemplazar el tratamiento de los síntomas que resulta ineficaz. Se abre así una dimensión completamente nueva de la medicina y de la prevención de la salud, que se debería haber investigado hace ya mucho tiempo, antes de la actual crisis por la pandemia del covid-19. 

La mejor anamnesis integral es: escuchar. Si los médicos y expertos en bioconstrucción escuchan a sus pacientes y clientes con atención (lo que constituye un arte en sí), verán numerosos indicios de patógenos ambientales. Cuando un paciente relata problemas de sueño, sueños caóticos, sudoración nocturna, dolores de cabeza matinales, contracturas y mareos, podemos pensar en perturbaciones electromagnéticas o geológicas en la zona de descanso.

Si el paciente se siente tenso en la cama y no se puede relajar, a menudo se trata de que realmente está sometido a tensión, por ejemplo, por la contaminación electromagnética causada por instalaciones técnicas en y alrededor de su cama. Si habla con desesperación de un zumbido, de vibraciones y sensaciones desagradables de presión, en muchos casos, realmente se halla bajo presión y hay que considerar una posible presencia de infrasonidos.

En el caso de que tenga los ojos irritados o se queje de una nariz tapada o tos, tenemos indicios de problemas del ambiente interior o de carácter microbiológico. Cuando el asma, la bronquitis o la EPOC (enfermedad pulmonar obstructiva crónica) empeoran siempre solo en una habitación determinada y en ningún otro lugar, a menudo es un indicio de la presencia de moho o bacterias. Si sufre de vías respiratorias secas u otras irritaciones de las mucosas, el paciente probablemente vive en un entorno con un aire demasiado seco o con demasiado polvo fino. Si el paciente se siente más cansado al despertar por las mañanas que al acostarse por las noches, la causa no necesariamente es la contaminación electromagnética; podría ser un indicio de la mala calidad del aire del dormitorio, ya que muchas veces se ventila de manera insuficiente y la concentración de dióxido de carbono alcanza valores críticos solo a causa de la respiración, sobre todo, en los espacios modernos perfectamente sellados. 

 Los síntomas son señales de alarma biológicas importantes y no aparecen para ser suprimidas, sino para indicarnos posibles vías de detección y de tratamiento de las causas de la enfermedad.

En su coche, usted no apagaría la luz de aviso de avería para que esta deje de parpadear sin solucionar el problema que se esconde detrás de este aviso, que podría deberse a la falta de aceite o un defecto en los frenos. 

La mejor prevención en medicina y en bioconstrucción es: reducir lo reductible, mantener por sí mismo, la cantidad de factores de riesgo lo más baja posible, sobre todo, cuando se trata de grupos de personas especialmente vulnerables. La vida es más saludable con menos contaminación electromagnética, menos contaminantes y menos hongos. ¿Qué sabemos sobre los efectos individuales? Poco. ¿Y sobre las interacciones de las diferentes influencias? Casi nada. 1 más 1 solo son 2 en matemáticas; en biología pueden ser 10, 20 o 50. Los campos eléctricos más telefonía móvil más tecnología DECT más las parpadeantes lámparas de bajo consumo más los protectores de la madera más moho más empastes de amalgama más comida rápida más problemas matrimoniales más debilidades genéticas… pueden ocasionar problemas de dimensiones imprevisibles. 

Las enfermedades crónicas así como los estadios de una enfermedad con malas posibilidades de curación requieren especial atención. Un enfermo de cáncer necesita para la regeneración de su organismo un dormitorio lo menos contaminado posible; podría ser de vital importancia para él. Es esencial, además, que evite, inmediatamente, las cargas de campos electromagnéticos porque la contaminación electromagnética fomenta el crecimiento de las células cancerosas, pues funciona como abono para el cáncer. La causa de numerosas enfermedades neurológicas se encuentra en las neurotoxinas; estas provienen no solo de muchos patógenos persistentes en el organismo, sino también de toxinas domésticas y mohos del entorno vital. Las enfermedades inmunitarias aumentan cada día de forma preocupante. Entre los numerosos factores que inciden en este aumento y que suelen permanecer escondidos, encontramos un sinfín de estímulos electromagnéticos y microbiológicos. Un paciente con bronquitis crónica no debería vivir en una zona industrial o respirar el polvo de tóner. Una persona con un tumor cerebral no debería estar cerca de un teléfono móvil o inalámbrico, ni del router del WIFI; un niño con leucemia no debería vivir bajo una línea de alta tensión y un bebé que sufre neurodermatitis no debería dormir al lado de un interfono que emite señales sin parar. El cansancio crónico debería ser estudiado por un especialista en bioconstrucción igual que los síntomas de hiperactividad. De la misma forma, las enfermedades multisistémicas, que han ido en aumento en los últimos años, deberían ser examinadas también con las herramientas de la biología del hábitat. Así como las alergias e intolerancias, cada vez más presentes.

Si no se hizo antes, al menos ahora, debería iniciarse una colaboración constructiva entre médico y especialista en bioconstrucción

Nuestra estrecha colaboración como expertos en bioconstrucción con los médicos, naturópatas, terapeutas y otros especialistas es importante para poder afrontar el cúmulo de enfermedades y el gran desastre ecológico de forma eficaz. 

En este campo hemos realizado y realizamos numerosas colaboraciones con profesionales de la salud investigando los efectos de los campos electromagnéticos en niños/as adolescentes con problemas conductuales y patologías diagnosticadas. Hemos creado/participado junto a profesionales de la psicología y la medicina en proyectos como “problemas infantiles emergentes”, ”escuela para familias”, “adolescente y nuevas tecnologías”… Donde realizamos conferencias, talleres y estudios de habitabilidad en casa de los pacientes, con seguimiento médico. Realizamos talleres/conferencias en escuelas de primaria y secundaria, así como en centros médicos y  de formación de profesionales.